martes, 9 de agosto de 2011

EL MALESTAR DE SER JOVEN EN COLOMBIA







Por. Edison Fabián Osorio Morales*




Desde hace más de un año en el mundo se han desencadenado una serie de revueltas sociales las cuales han estado concentradas en su mayoría en Europa, Oriente Medio, África del Norte y para América en Chile. El motivo, el masivo deterioro de las condiciones de vida de la población, agudizadas con medidas como el aumento de la edad de pensión, recorte de salarios, privatización de la educación  etcétera.
Estas movilizaciones y revueltas han tenido como protagonistas a los jóvenes siendo el desempleo uno de los motores que los impulsa a las calles. Según la OIT,  en la Unión Europea (EU) para el 2010, uno de cada cinco jóvenes (entre 15 y 26 años de edad) estaba desempleado, la cifra ha tendido a aumentar en lo corrido del 2011. En España la tasa de desempleo juvenil (TDJ) ha llegado al 43,5%, en  Grecia 36%, Irlanda 31,9%  y Bulgaria e Italia el 28%.
Durante 2010 en Oriente Medio la tasa de desempleo general (TDG) fue de 10,3% y uno de cada cuatro jóvenes se encontraba desempleado. En África del Norte, un tercio de los trabajadores vive con menos de dos dólares, y la TDJ para los años 2009 y 2010 se mantuvo por encima del 23%. La respuesta ha sido la movilización de millones de jóvenes reclamando mejores condiciones de vida, llegando a manifestaciones enardecidas como en Túnez y Egipto, donde la mencionada tasa juvenil ha llegado al 31% y 20% respectivamente.
Esta problemática no es ajena a América Latina y menos a Colombia donde los jóvenes son alrededor de 8 millones (18% de la población). En el país desde el inicio de la década del noventa una serie de leyes laborales pegadas a las políticas de libre comercio han menguado los ingresos de los trabajadores y acrecentado la informalidad, paralelamente el desempleo no ha bajado de dos dígitos. Entre 1991 y 1998 la desocupación para las personas entre 15 y 19 años se incrementó 1,7% y la tasa alcanzó el 27,7%. Para las edades entre 20 y 24 años el salto fue del 18,8% al 20,4%1.
Entre tanto la primera década del siglo XXI –acompañada de confianza inversionista- trajo nocivas leyes laborales como la Ley 789 que alargó la jornada de los trabajadores. A esto se aunó la crisis mundial provocada por la especulación del sector hipotecario que repercutió en la región producto de la globalización. A finales de esta década, menos de un quinto de las personas entre 15 y 19 años, y dos quintos  de las personas entre 20 y 24 años, tenían un empleo decente con una relación laboral formal. Similar situación se presentó en países como México, Ecuador y Perú2.
Frente a este panorama, en el sector laboral urbano del país, se implementaron medidas gubernamentales como el “Plan 250 mil”, el cual fue creado antes de la crisis económica mundial y se reforzó durante el 2009 para capacitar la juventud pobre permitiéndoles la incursión laboral en empresas. La meta del plan era crear 250 mil nuevos empleos para jóvenes entre 16 y 26 años de edad de manera que para el 2009 la TDJ se redujera en cuatro puntos porcentuales –pp-, paradójicamente en el año 2010 ésta se elevó al 26,6% ¡la más alta de la región y en su momento el país con más desempleo juvenil en el mundo!.
Si bien las cifras presentadas parten del desempleo urbano de las principales ciudades, en el área rural la situación es peor. En el sector agropecuario de Colombia contrastan el reducido apoyo estatal con la importación de productos agrícolas. El PIB agropecuario ha oscilado entre los pírricos incrementos y el decrecimiento como sucedió en el año 2008 con porcentaje de -0.06%. Del total de trabajadores rurales el 66% gana menos de un salario mínimo, el hecho es desalentador en vista de que la orientación agrícola del gobierno Santos es la gran plantación, por definición, un área de baja generación de empleo. La situación termina por generar un recurrente desplazamiento de jóvenes hacia la ciudad en busca de empleo.
Mientras este cúmulo de hechos tiene lugar, algunos analistas sostienen que la problemática laboral juvenil en Colombia se debe al bajo nivel de estudios de los jóvenes y que es a través de la educación superior –técnica o profesional- como se solucionará. Pero estudios de las mismas instituciones oficiales ponen en entre dicho tales tesis. Según Fedesarrollo y El Observatorio Laboral del Ministerio de Educación, la población con formación profesional, técnica y tecnológica aumentó en 45.781 personas, pasando de 138.549 en 2002 a 184.330 en 2007, el análisis ratifica el crecimiento pero concluye que los salarios para los profesionales disminuyeron en 100 mil pesos, de $1 millón 600 mil disminuyen a $1 millón 500 mil 3.
Otro estudio publicado en octubre del año 2010 por el Banco de la República acerca de las primeras experiencias laborales de los profesionales del país, revela que quienes estudian ingeniería, economía, arquitectura y afines, tienen alrededor del 60% de probabilidad de contratación y un salario promedio de $1 millón 250 mil, mientras que los profesionales de ciencias de la educación, agronomía y afines tienen 20 pp menos de probabilidad laboral y un salario que oscila entre 850 mil y 950 mil pesos dependiendo de la región del país 4.
Por su lado los jóvenes capacitados en el SENA son presa fácil los “empleadores” que desean reducir costos, las medidas indican que los practicantes en empresas tienen derecho sólo al 75% del salario mínimo, sin prestaciones. Con esta lógica, un joven titulado como profesional no está asegurando trabajo formal, pues el número de profesionales que egresan cada año es superior a los puestos de trabajo en empresas o entidades. Por ende la salida es la informalidad (trabajador de microempresas de menos de diez personas, negocio familiar o particular sin pago alguno, trabajador por cuenta propia etc. La mayoría sin seguridad social), en la oferta laboral esta población abarca el 60% del cual un 30% son profesionales5.
El actual gobierno pretende mitigar el problema con la promocionada Ley de Primer Empleo, la cual ofrece gabelas como la simplificación de trámites, descuento en la tarifa de renta, microcréditos para pequeñas empresas de jóvenes menores de 28 años entre otros, aspirando crear 2.4 millones de nuevos empleos y además  formalizar 500 mil. Pero la realidad dista de lo propuesto debido a que la formalización de pequeñas empresas no se traduce en formalización del trabajo. Tampoco desaparece la tercerización sino que se dota de una serie de medidas a las Cooperativas de Trabajo Asociado (CTA), otorgándoles espacio para que se acomoden a la nueva ley, de la cual hay que decir, contiene un tufillo malicioso que consiste en bancarizar los pequeños negocios, -sector informal donde se desenvuelve una amplia masa juvenil-  cuya vinculación, incluida la tributación, resulta muy apetitosa  para el sistema financiero.
Así mismo los jóvenes, como miembros de la sociedad, quedarán cobijados por la Política fiscal del actual PND, que pretende reducir los niveles de deuda del gobierno y la creación de una sostenibilidad de finanzas públicas con medidas como la reinstitucionalización del Régimen de Prima Media y la aplicación acomedida de la Ley 797 del 2003 y el acto  legislativo del 01 del 2005, políticas que incrementaron los periodos y el monto de cotización.
Finalmente, la situación de la juventud termina por evidenciar más las nocivas consecuencias del modelo económico implementado en el país desde hace dos décadas con el libre mercado, el cual, como manifiesta Eduardo Sarmiento: ¨ha desmontado los aranceles, ha estimulado la inversión extranjera, generando una elevada rentabilidad de las actividades intensivas en recursos minerales… En consecuencia, florecieron el petróleo y la minería que no generan empleo y se fortalecieron los servicios que se caracterizan por la baja productividad y bajos salarios. La industria y la agricultura, que constituyen las actividades con mayor potencial de productividad y empleo bien remunerado, se relegaron a tercer plano¨6.
Además, el sistema implementado ha  cumplido exitosamente las exigencias de flexibilización laboral hechas por el gobierno americano mediante la banca multilateral de crédito que conduce a los jóvenes a integrar una mano de obra barata y sin garantía alguna de competitividad, sometiendo a un gran número de trabajadores a laborar en condiciones oprobiosas en maquilas extranjeras que han incursionado en el país, se permite eso sí, el beneficio de unos pocos cacaos criollos.
La solución a este problema que afecta a las mayorías del país y que recae con el doble de fuerza en la juventud, es el cambio de modelo económico por uno que fortalezca la producción interna y esté al interés de todos los colombianos y no de gobiernos extranjeros. De seguir  así, continuaremos como dice el colombiano de a pie, en el país donde es más fácil ganarse un chance que conseguir un trabajo decente y bien remunerado.

1.     Los Jóvenes Latinoamericanos en Transición: Un análisis sobre el desempleo juvenil en América Latina y el caribe. Pg 50. Tomado de: http://ilo-mirror.library.cornell.edu/public/spanish/region/ampro/cinterfor/temas/youth/doc/not/libro300/libro300.pdf.
2.     El impacto de la crisis económica y financiera sobre el empleo juvenil en América Latina: medidas del mercado laboral para promover la recuperación del empleo juvenil . Pg 41. Tomado de:http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/@ed_emp/documents/publication/wcms_149679.pdf
3.     http://www.mineducacion.gov.co/cvn/1665/articles-192191_archivo_pdf.pdf. Y http://www.mineducacion.gov.co/cvn/1665/articles-192191_archivo_ppt1.pdf
4.     Primeras experiencias laborales de los profesionales colombianos: probabilidades de empleo formal y salarios. Pg 22-33. Tomado de: http://www.banrep.gov.co/documentos/publicaciones/regional/documentos/DT...
5.      Confianza inversionista, economía colombiana, primera década del siglo XXI. Pg 207. Ediciones Aurora
6.     El espectador, 27 de marzo el 2011. http://www.elespectador.com/impreso/columna-259218-crecimiento-debil
Otras referencias :
Tendencias mundiales del empleo 2011. El desafío de la recuperación del empleo. OIT

*Estudiante de Licenciatura en Comunicación e Informática Educativa, Uniersidad Tecnológica de Pereira.
Miembre de la OCE (Organización Colombiana de Estudiantes).

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