sábado, 24 de noviembre de 2018

La Política económica del gobierno Duque: La combatimos unidos o la padecemos por separado.



Por: @MarioossaM

La movilización creciente y sostenida que llegó con el gobierno del “presidente” Duque, es la consecuencia de los niveles deplorables de vida para la población colombiana, que se han acumulado a través de 27 años de política neoliberal, en especial, en los últimos 16 años. Por lo tanto, no es resultado exclusivo del último gobierno como se quiere excusar el hoy “presidente” y su equipo –que han hecho parte de estos gobiernos en diferentes medidas-.


Para comprender mejor lo que nos espera en los próximos años, es necesario entender por lo menos en líneas generales la política económica de este gobierno y que genera como resultado no sólo la degradación de los niveles de vida, sino también el incremento de la violencia oficial y “extra oficial” que defiende el modelo que sirve a los intereses de las élites nacionales y extranjeras, como también explica las razones para poner el foco de la opinión pública en la legitimación de una guerra continental contra Venezuela o el desviar la atención de las culpas que tienen los últimos dos gobiernos, el actual Fiscal General y lo dueños del grupo AVAL en el mayor escándalo de corrupción de este país. Financiadores, autores de la política y detentadores del poder, son los que nos desean imponer la política económica que se sintetiza en el Presupuesto General de la Nación y en el Proyecto de Ley de Financiamiento – realmente reforma tributaria – y que vemos a continuación:

1.    El Presupuesto General de la Nación – PGN -.

El PGN aprobado y convertido en Ley para el año 2019 es de 258,9 billones de pesos.  Dicho presupuesto aumenta los gastos de funcionamiento del Estado, pero disminuye los recursos para inversión, con lo cual se afectan de forma grave los programas sociales. Aumenta en un 38% los gastos para pago de deuda, en un 7% los gastos de funcionamiento y disminuye en 9,4% los recursos para inversión [i].

Del total del PGN 157,1 billones de pesos (sacando la deuda) son destinados para funcionamiento (burocracia, puestos políticos, etc) y sólo 35,3 billones de pesos son para inversión [ii]

El mayor rubro de este presupuesto es de 66,4 billones de pesos (22 billones más que para 2018), los que están destinados al pago de la deuda y que representan la cuarta parte de todo el PGN.

Aumentan los presupuestos para Educación, Defensa y Policía, Comercio-industria y turismo, salud entre otros. Pero recordemos que aumentan básicamente para funcionamiento. Además, en materia educativa son insuficientes para cubrir el déficit histórico de la educación pública, o en salud, seguirán quedando en manos de los dueños de las EPS que se apropian como ganancias el 30% del dinero de la salud de los colombianos.

Disminuyen los presupuestos para el sector Agropecuario, Ambiente y Desarrollo Sostenible, Ciencia y Tecnología, Cultura, Deporte y Recreación, Vivienda y Registraduría [iii], con lo que cabe preguntarse para este último caso ¿cómo se garantizarán las Consultas Populares en términos de financiamiento o la implementación del voto electrónico?

Este presupuesto se estructura sobre la base de unos supuestos macroeconómicos para 2019, de un crecimiento proyectado de 3,4%, una tasa promedio del dólar de $ 3.001 ( que hace más caros los alimentos que importamos o cualquier otro bien traído del exterior y que impacta hacia arriba la inflación), una inflación proyectada del 3%, con un desempleo que a julio de 2018 se ubica en 9,7% con informalidad del 50%.

Más de la mitad de los ingresos del país dependen de las exportaciones del petróleo y del precio internacional del mismo, así como de lo que aporte el extractivismo de minerales que se transan en las bolsas internacionales; es decir, somos como Venezuela, pues dependemos de lo que este gobierno le critica a aquellos. Con precios del petróleo tan volátiles o los de los minerales, no puede el gobierno garantizar ingresos fiscales estables y en un año estará hablando de otra reforma tributaria.

Lo peor, es que el sector agropecuario y la industria han perdido participación en el Producto Interno Bruto –PIB- y que son los sectores que producen riqueza real, de donde se debe distribuir a los hogares colombianos. Somos como Venezuela.

El cálculo de este PGN, lo hace este gobierno aumentado en los cerca de 14 billones de pesos que dice hacen falta y que buscan justificar la reforma tributaria que plantea con el nombre de Ley de Financiamiento. Es decir, primero piensa qué gastarse y luego piensa en cuánto tiene. Todo al revés.

2.    La Reforma Tributaria que se esconde con el nombre de Ley de Financiamiento.

De acuerdo con el analista y profesor universitario Jorge Enrique Espitia [iv], la Ley de financiamiento está directamente relacionada con la estructuración y adopción de la Ley de Presupuesto General de la Nación, contrario a una reforma tributaria que no depende del PGN. Por lo tanto, la hipótesis que nos lleva a pensar que el gobierno hace un presupuesto deliberadamente deficitario para apalancarlo con el cobro de más y mayores impuestos a la población (sectores más pobres y clase media), cobra fuerza. Más aún, porque su articulado modifica sustancialmente el Estatuto Tributario.

La lógica de este proceder está en aumentar los impuestos a los bienes y servicios que más consume la población (IVA), así como gravar las rentas (Impuesto de Renta) de la mayor parte de la población ( pobres y clase media). En contraposición, disminuye las cargas impositivas para los más ricos y para las corporaciones nacionales y extranjeras. Esto se da, porque el modelo económico de estas castas busca apropiarse de las rentas del trabajo y acumularlas en su poder. Por eso se grava el trabajo (ingresos de los trabajadores, salarios) y se disminuye la carga tributaria al capital, incluido el financiero (Grupo AVAL, por ejemplo).


Lo anterior, se evidencia en el contenido del Proyecto de Ley de Financiamiento que cursa en el Congreso de la República, cuyo contenido se fundamenta entre otros, en gravar con IVA del 18% productos de la canasta familiar que consta de 181 productos, entre alimentos básicos, productos y servicios de comunicación, servicios y productos educativos, diversión, salud y otros gastos. En el momento de escribir este artículo, el gobierno ha dicho que no gravará la “canasta esencial”, concepto que no sabemos a qué se refiere y que en cualquier caso permite inferir que aquellos productos de la canasta básica que no consideren “esenciales” serán objeto de gravamen. Muchos de los productos de la canasta básica ya están afectados con IVA, pero otros que pesan bastante en el consumo de los hogares pobres y de clases medias – como pollo, cerdo, res, frijol, pescados, queso, hortalizas y legumbres frescas, que están exentos o tienen tarifa 0%- pudieran ser catalogados por el gobierno como “no esenciales” y ser gravados. Pudieran decir que “esenciales” son el arroz , la papa y los huevos.

Para el gran capital la reforma contempla por ejemplo eliminar el 100% del impuesto a sus movimientos financieros GMF (4 por 1000) y disminución del impuesto de renta hasta rebajarlo del 33% al 30%. Sin embargo, gravarían con renta los ingresos salariales desde 1.800.000 (afectando de forma especial a la clase media).

Lo que este proyecto de financiamiento ( reforma tributaria ) propone es especialmente nocivo para la mayor parte de los 11.144.850 hogares que de acuerdo al DANE existen en Colombia, y que están compuestos básicamente por clase media y bajos ingresos. De acuerdo a la encuesta de ingresos y gastos de los hogares que realiza el DANE, más del 75% del consumo de los hogares de bajos ingresos se gasta en alimentación (34,66%), vivienda (29,74%) y transporte (11,03%). Según cálculos [v] de 4,2 billones que el gobierno recaudaría gravando alimentos, el 55% de esos impuestos los pagarían las familias de ingresos medios, el 31% las familias de bajos ingresos y el 14% las de ingresos altos.

Así las cosas, si la población no se une para rechazar esta “reforma tributaria”, deberemos cada quien en el malestar individual y desde su casa, mascullar el peso de la iniquidad que el gobierno pretende poner sobre los cada vez más menguados bolsillos de la población de este país.


[i] Fuente: Álvaro Forero Hurtado, UTL de la Senadora Aída Avella.
[ii] Ib Idem
[iii] Fuente: PGN.
[iv] “El IVA a la canasta familiar. Elementos para la discusión”. Jorge Enrique Espitia. Disponible en https://justiciatributaria.co/el-iva-a-la-canasta-familiar-elementos-para-la-discusion/
[v] Ib Idem

lunes, 19 de noviembre de 2018

DUQUE, MALUMA Y LOS ESTUDIANTES



“El reggaetón, a diferencia del rock y la salsa, adormece cualquier intento de rebeldía. Por eso, a Maluma, Álvaro Uribe le debe parecer el mejor presidente de la historia”.
Iván Gallo, en: https://www.las2orillas.co/lo-siento-pelados-pero-esa-mierda-no-es-musica/, octubre 4 de 2018.

Por: Renán Vega Cantor +


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Llevan más de un mes en paro, han llenado las calles de las ciudades colombianas de vida y colorido, han recurrido a múltiples repertorios de acción y movilización para hacer visibles sus demandas, han denunciado el abandono de la educación por parte del Estado colombiano, han logrado que el gobierno de Duque les concediera a los rectores unos pocos recursos, han recibido bolillo, gases y cárcel, así como amenazas y chantajes dentro y fuera de las universidades. Estos son los valerosos estudiantes de las universidades públicas que, nuevamente, nos han hecho sentir jóvenes y nos han dado un aire de esperanza y aliento para sobrellevar ese caos generalizado que se llama Colombia.

Su movilización está demostrando la importancia de la universidad pública para una sociedad y también, en sentido contrario, lo que se pierde cuando no se cuenta con ella o se le ha debilitado de tal manera, que en la práctica es inoperante, como sucede en nuestro país.

Las demandas de los estudiantes, que se centran en lograr una financiación digna y decente para las 32 universidades públicas, han canalizado el descontento por las precarias condiciones de esos centros de educación superior y para ello clamaron por la convocatoria de una Mesa Amplia de Negociación, que apenas se instaló y funcionó por pocas horas, porque el gobierno de Duque sin ninguna seriedad no asumió ni siquiera la discusión del tema financiero, simplemente se limitó a decir que no hay dinero para concederle a las universidades, lo que significa que deben seguir subsistiendo en medio de las miserables condiciones que hoy soportan.

Como resultado de esa negativa, estudiantes y profesores se levantaron de la mesa y de inmediato pidieron una reunión directa con Iván Duque, quien oficia como presidente de Colombia. Este se ha negado a recibir a los estudiantes, aunque hayan organizado cinco grandes marchas a nivel nacional y otras acciones que han hecho visible el problema de la universidad pública.

El foco mediático que pretende desviar la justeza de las reivindicaciones de los estudiantes y convertirlo en un problema de orden público ―a raíz de ciertos enfrentamientos en las marchas del 8 de noviembre― le sirvió a Duque para afirmar que las autoridades deben encontrar a los responsables de estos ataques y "llevarlos a la justicia" porque "lo que hay es una violación flagrante de la Constitución y de la ley".

En esta recortada lógica presidencial los estudiantes no existen como sujetos, dignos de respeto y consideración, con demandas justas y sentidas y por eso no merecen ser escuchados. Su presencia como seres deliberantes y propositivos no cuenta. Sólo se habla de ellos a la hora de amenazarlos y perseguirlos como si fueran delincuentes, mientras que los delincuentes de alta alcurnia merodean en el Congreso, el Palacio Presidencial, las altas cortes, la Fiscalía…

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La protesta universitaria en Colombia no tiene el vuelo mediático de las las guarimbas en Venezuela, las cuales buscan derrotar a un gobierno legítimo y constitucional; guarimbas que cuentan con el aval directo de Estados Unidos y sus agencias, secretas y no tan secretas (como USAID, la CIA y muchas más). Esas pretendidas protestas, entre las cuales se encuentran las de los “estudiantes” han sido tan singulares que hasta sus “valerosos lideres” han sido llevados a Washington y han sido recibidos por funcionarios de alto nivel de diversos gobiernos de los Estados Unidos, e incluso algunos de esos “líderes” estudiantiles han recibido millonarios premios por su pretendida lucha en pro de la libertad y la democracia, concedidas por dudosas instituciones y ONG’s de ese país.

Esos “estudiantes” de la oposición, impulsados por sus amos de los Estados Unidos y por medios de desinformación en Colombia y por políticos criollos quemaron vivos a varios policías y militantes chavistas, algo que es bueno recordarle a RCN, ahora que se presenta como “victima” de las movilizaciones de estudiantes en Bogotá.

Manifestantes de la “oposición” quemaron vivo a otro joven venezolano, José Bravo, quien intentaba evadir con su camión un disturbio callejero en Maracaibo, estado de Zulia
FUENTE: http://notiultimas.com/digital/2017/06/29/opositores-queman-vivo-a-otro-joven-en-venezuela/

En la conspiración encaminada a derrocar al gobierno de Nicolás Maduro, ese pretendido movimiento estudiantil de extrema derecha ha contado con el apoyo de personas como Iván Duque. Así, el 12 de febrero de 2014, el entonces candidato a senador y hoy presidente de Colombia les expresó un apoyo irrestricto, en estos términos: “Solidaridad con los estudiantes en Venezuela que están siendo reprendidos violentamente por defender la democracia”.

En pocas palabras, se apoya a los estudiantes cuando hacen parte de un proyecto conspirativo encaminado a derrocar a un gobierno legítimo, reciben apoyo de los Estados Unidos y cometen crímenes (entre ellos quemar vivos a 40 policías y militares del chavismo) y a eso se le llama defender la democracia. Pero cuando se trata de los estudiantes colombianos que reclaman la financiación de la universidad pública, eso si no hace parte de la defensa de la democracia y se les reprime y calumnia.

Claro, que le van a importar a Duque, un individuo que no conoce este país y mucho menos a sus habitantes pobres, de donde provienen gran parte de los estudiantes de nuestras universidades públicas. Que le van a interesar aquellos que viven en los barrios más humildes, que escasamente tienen dinero –cuando lo tienen– para costearse su transporte y almuerzo, que deben gastar varias horas para llegar a los campus universitarios. Que le van a importar a Duque que solo piensa en términos de mango biche (porque llamar a eso naranja es demasiado), dizque para mejorar a este país, acudiendo a la falacia del emprendimiento y la creatividad como factores de desarrollo. Recordemos que en su discurso de posesión el 7 de agosto pasado, Iván Duque dijo: “Quiero que los jóvenes de Colombia escuchen esto con atención: Estamos comprometidos con el impulso a la Economía Naranja para que nuestros actores, artistas, productores, músicos, diseñadores, publicistas, joyeros, dramaturgos, fotógrafos y animadores digitales conquisten mercados, mejoren sus ingresos, emprendan con éxito, posicionen su talento y atraigan los ojos [sic] del mundo”. Ya estamos viendo lo que es la economía naranja para las universidades públicas y sus jóvenes, que finalmente se basa en no darles presupuesto y seguir engordando las arcas de las más poderosas universidades privadas mediante la financiación de la demanda, como se reafirma con el nuevo engaño de Generación E.

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Un hecho coyuntural de tipo anecdótico demuestra el gran interés que los jóvenes estudiantes de las universidades públicas despiertan en Iván Duque: la recepción en el Palacio Presidencial del reguetonero Maluma (un alias artístico, puesto que su verdadero nombre es Juan Luis Londoño). El martes 6 de noviembre ingresó a la Casa de Narquiño Maluma a hablar sobre la juventud colombiana y “de los proyectos que quieren hacer en conjunto frente a este tema”. “Por fin hermano”, le dijo Maluma a Duque, quien respondió: “Mi admiración hermano. Siga haciendo música y haciendo país”. Maluma difundió una fotografía del encuentro y explicó el motivo de su visita: "Hoy tuve la oportunidad de conocer a el señor presidente. Gracias por esta gran invitación; que honor y que orgullo saber que compartimos tantos ideales y el primordial, trabajar por la juventud de nuestro país. Se vienen proyectos muy importantes con la Presidencia". Iván Duque se reunió con Maluma para “discutir temas sociales”, temas de gran profundidad suponemos por el nivel cultural e intelectual del reguetonero, al tiempo que arguyó que no se va a reunir con los estudiantes, porque eso lo delegó en su Ministra de Educación.

Como Duque afirmó que Maluma está “haciendo país”, es pertinente examinar algunas de sus grandes contribuciones culturales y educativas a la juventud colombiana, que son aplaudidos desde la Presidencia de la República, en la que no tienen cabida los estudiantes. Con los aportes indiscutibles de Maluma al saber colombiano y universal, desde el Palacio Presidencial se deben estar diseñando nuevas cátedras para impulsar en las universidades públicas y educar a esos jóvenes desobedientes y rebeldes que hoy ocupan las calles y las plazas de las grandes ciudades. A partir de las contribuciones intelectuales de Maluma, podrían destacarse las siguientes cátedras:

Cátedra de misoginia y reducción de las mujeres a objetos sexuales: Las letras de las canciones de Maluma tienen una notable profundidad filosófica que, en primerísimo lugar, dignifican a las mujeres colombianas. En una de ellas, Cuatro Babys, se dicen versos de este candor: "La primera se desespera, se encojona si se lo echo afuera. La segunda tiene la funda y me paga pa' que se lo hunda. La tercera me quita el estrés, polvo corridos siempre echamos tres. A la cuenta de una le bajo la luna pero ella quiere con Maluma y conmigo a la vez". En Un Polvo elaboró estos notables versos, que han enriquecido la poesía mundial: “Ver tu cara cuando lo tengas adentro”, “Se pone en cuatro y me pide que por el… la castigue”. O en Vitamina, cuando con una gran dosis de imaginación poética –que empequeñece a los mejores poetas de todos los tiempos– tuvo una inspiración celestial con estos versos, que aparecen en la estrofa principal: “No hay razones pa’ que te cohíbas, yo sé que te gusta, te motiva, me dijeron que eres posesiva… y te tragas todas mis vitaminas”.

Esta es una primera contribución de Maluma a la juventud femenina, una verdadera pedagogía de la violencia contra las mujeres, reducidas a ser objeto de consumo sexual por los meros machos. Que grandes enseñanzas para toda la vida que reciben los niños y jóvenes que escuchan mensajes de tanta humanidad y respeto por las mujeres, como los de las canciones del reguetonero paisa. ¿Qué puede esperarse de un país cuyos niños y jóvenes se eduquen con tanto amor y altruismo? Este es uno de los grandes aportes educativos de Maluma, para orgullo de la juventud colombiana, que Duque va a impulsar en los próximos años como parte de la “innovación” y la “creatividad” que destilan los reguetoneros paisas, como suprema expresión de la economía naranja. Lo que sí es seguro es que esas fabulosas enseñanzas incidirán en forma directa en el aumento de la violencia, los crímenes, el odio, el machismo y las actitudes misogenas, sobre todo contra las mujeres más pobres y humildes. ¡Qué linda enseñanza que nos da Maluma, a través de Duque y el Palacio de Narquiño!, como un proyecto alterno al que proponen esos revoltosos estudiantes de las universidades públicas.

Cátedra apologética de la violación de mujeres: Por supuesto que en un individuo tan bien formado en aquello de injuriar y denigrar de las mujeres, no podía faltar su apología de la violación, que es el trasfondo de su canción y video clip Borro cassette. Allí se dice simplemente que una mujer es emborrachada por un hombre y este aprovecha esa condición para abusar de ella: “Y no hay un día que no pare de pensar en su belleza/ Te estoy buscando para ver si los repetimos/ Esa noche que bien lo hicimos/ Entre tragos nos desvestimos/ Las botellas que nos tomamos/ A la locura que nos llevaron/

Son indudables las contribuciones que se hace a la juventud colombina con piezas de tanta altura poética, como la citada, en el afán de difundir grandes valores como el odio, el individualismo, la cosificación del cuerpo, la violencia y el despojo.

Cátedra de humildad y modestia: Maluma nos da extraordinarios ejemplos de modestia y de humildad, como cuando dijo, a raíz de las críticas a Cuatro Babys: "Por una cosa o la otra siempre te van a juzgar, solo haz lo que te salga del corazón, lo que te haga feliz. Si hablaron de Jesucristo por qué te sorprendes cuando hablan de ti?". Estamos enterados, eso es lo que puede llamarse una Pedagogía de la humildad, que tanto fortalece ese prejuicio traqueto (ratificado en los últimos quince años, desde Antioquia para todo el país) de que los colombianos somos el centro del mundo y podemos hacer y deshacer a nuestro modo cuando se nos venga en gana y y podemos pisotear al que se nos antoje, como ahora que se lincha a venezolanos.

Cátedra de racismo: Otra gran enseñanza que se desprende la vida cotidiana de ese gran educador que es Maluma es la del trato que se debe dar a aquellos que son considerados inferiores, como parte de una pedagogía del odio y el desprecio. Un ejemplo de este tipo de enseñanza práctica se produjo en una visita a Panamá en junio de 2016, cuando nuestro gran filósofo educativo manifestó su desprecio por los negros y hasta un niño enfermo de cáncer. En esa ocasión, cuando se supo que el presentador oficial iba a ser Franklyn Robinson, el manager del cantante colombiano frunció el ceño y dijo “¿Ese negrito? No, Maluma no lo va a aceptar”.

No seguimos profundizando en el estudio de las múltiples contribuciones que Maluma ha hecho al país. Solamente Iván Duque sabe apreciar esa basura auditiva que es el reggaetón, y de la cual el “jilguero paisa” es uno de sus máximos exponentes, para vergüenza de este país, pena ajena que nos da al saber que ese “sabio artista” es recibido en pleno Palacio Presidencial, que ha sido convertido en el principal centro de la farándula criolla.

Lo que si queda claro es el proyecto de país que se construye desde el Palacio de Narquiño en el que se recibe con los brazos abiertos a individuos de la altura moral de Maluma pero donde no pueden entrar los estudiantes universitarios, que representan a miles de colombianos, a aquellos que solo pueden acceder a la universidad pública, en el mejor de los casos, y a los millones que nunca podrán ingresar a la universidad.

Ese proyecto de país, que en estos momentos encarnan Iván Duque y Maluma rinde culto a la violencia, el clasismo, la injusticia, la desigualdad, la ostentación, la misoginia, el racismo. Ese es el país que han construido las clases dominantes de Colombia, y en el cual, por supuesto, no tiene cabida la universidad pública, y por eso hay que destruirla, como lo vienen haciendo desde hace varias décadas. La expresión cultural de ese proyecto de país se puede describir de esta forma: “El reggaetón ha naturalizado una forma particular de hombre: el macho barriocéntrico. Este sujeto se constituye a partir de una heterosexualidad centrada en el machismo, la lógica gansteril, la objetivación de la mujer, la homofobia y en perpetuar un imaginario específico sobre el barrio. Su identidad se nutre, además de una estética que imita el rap norteamericano, y de la poca conciencia social e interés por la educación”. Estas palabras del escritor puertorriqueño Alfredo Nieves Moreno resumen de manera magistral el ideario cultural que subyace a personajes como Maluma y a quienes lo admiran. Que un individuo de esa catadura sea recibido por el Presidente de la República nos dice mucho sobre el proyecto educativo y cultural que se impulsa desde las altas esferas del poder, que puede sintetizarse lacónicamente diciendo que lo que se busca es generalizar la cultura traqueta.
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+ Director de CENTRO ESTRATÉGICO DE PENSAMIENTO ALTERNATIVO -CEPA