jueves, 16 de febrero de 2017

Paz con cambios vinculantes o repetir la historia de exclusión y violencia

El poder en los sectores populares se expresa mediante
la construcción del mandato popular y la generación  de transformaciones
en nuestras realidades. Lo cual se evidencia en la capacidad de acción  de un
colectivo para construir sus propios procesos económicos, sociales,
culturales, políticos, en beneficio de la colectividad y la sociedad en general,
ubicado en un contexto determinado, mediado por su identidad y cosmovisión.
(Ponencia de Congreso de los Pueblos Eje Cafetero, durante
El seminario político ideológico nacional en 2015)


Por: Carlos Mario Marín Ossa
@MarioossaM

En Colombia tradicionalmente, las comunidades de sectores populares, se han asociado y organizado en busca de soluciones a sus problemáticas más sentidas. Desde los valores fundantes de los pueblos que constituyen nuestra nación [i], hasta las nuevas relaciones de cooperación y participación que avanzan en la exigencia cada vez mayor de niveles de participación  real en los temas que las afectan.

A partir de los procesos de negociación con diferentes insurgencias, en los comienzos de la década de los años noventa, la necesidad y exigencia de participación de la sociedad se intensificó. Hasta ahora, dichos procesos de negociación con las insurgencias armadas, se han reducido a procesos de desarme, desmovilización y reintegración. No se avanzó en procesos de búsqueda de una paz real e integral, que genere transformaciones que solucionen el conflicto social y político. Tampoco se avanzó en un proceso de reconciliación. Hasta las negociaciones de la Mesa de La Habana, con la insurgencia armada de las FARC-EP, estos matices no se habían tenido en cuenta; y con este último proceso, muchas cosas quedan aún pendientes.

Instalación de la Mesa de Negociación en  Quito-Ecuador, entre el gobierno de
Colombia y la insurgencia armada del ELN. Febrero 07 de 2017

Por ahora, las mismas élites de siempre, decidirán hasta qué punto avanzarán en las políticas contenidas en los acuerdos de paz de La Habana y qué tanto será el cumplimiento de lo acordado. El cumplimiento inicial de las condiciones adecuadas para que los combatientes puedan ubicarse en las zonas transitorias y dar el paso hacia la reintegración civil, deja mucho que desear de la real voluntad de las élites y de la disposición de respetar los acuerdos.

La instalación oficial de la Mesa de Negociación de Quito, entre el gobierno de Colombia y la insurgencia armada del Ejército de Liberación Nacional – ELN, plantea nuevos retos para los avances democráticos, económicos, sociales, políticos y culturales que permitan el camino y consolidación de una paz cierta, estable y duradera. Es más, su desarrollo puede influir mucho en la medida de avance y cumplimiento de los acuerdos de La Habana.

En la instalación oficial de esta mesa, quienes asistimos a la capital del Ecuador como sociedad civil que se organiza en una propuesta de participación social para la paz, que apoya esta nueva búsqueda de solución política al conflicto armado y social; pudimos apreciar los planteamientos oficiales de las partes.

La intervención del jefe negociador de la delegación del ELN, Pablo Beltrán, mostró que a pesar de la desconfianza en las élites que gobiernan a Colombia, desconfianza que se remonta a los incumplimientos y traiciones históricas y sucesivas con la revolución de los Comuneros, con las guerrillas liberales y de los llanos entre otras experiencias, existe la voluntad política para avanzar en la búsqueda de una salida negociada al conflicto armado y la construcción de la paz, siempre y cuando se generen las condiciones y cambios necesarios para la justicia y equidad social.

Insistió en la necesidad de cambio de todos los actores del conflicto armado y social. Manifestó el aliento que genera la esperanza de los colombianos y la suma de fuerzas de las mayorías que reclaman participación, ser escuchados y que quieren la paz. Nuevamente manifestó que “resolver las diferencias, depende de la voluntad de las partes para cambiar”. “Estos diálogos son para mostrar voluntad política de cambio” recalcó. Es decir, que presenta a la sociedad algunas de las claves fundamentales para esta insurgencia a la hora de avanzar en dicho proceso de diálogos y negociación: cambios y participación de la sociedad.

A su turno, el jefe negociador de la delegación del gobierno de Colombia, Juan Camilo Restrepo, Mencionó e insistió de forma reiterada en la adopción de rutas concretas para avanzar en el camino que el país “necesita”, en la celeridad prudente con que deben avanzar los presentes diálogos y negociación sin “sustituir las instituciones legítimas del país”. En varias ocasiones apeló a recordar que dicha mesa se desarrollaría apegada al marco y espíritu del acuerdo de marzo de 2016. Mencionó además que el proceso que allí se iniciaba era independiente de otros.
Rueda de prensa de organizaciones sociales, sociedad civil que plantea la
participación integral y vinculante en el proceso de diálogos. Quito. Feb 7/17


Sin embargo a quienes asistimos como sociedad civil organizada, que exige participación y que la voz desde las regiones y territorios sea escuchada y tenida en cuenta durante este proceso de negociación, nos sorprendió escuchar la manifestación de Juan Camilo Restrepo cuando dijo “entendemos que la modernización del Estado pasa por la participación de la sociedad en los asuntos que la afectan directamente” pero pocos momentos después concluye que las propuestas de la sociedad serán escuchadas sin tener las mismas “carácter vinculante”.

Es decir, la voz del pueblo resultaría un placebo durante el actual proceso de negociación política al conflicto, que se inicia en Quito. Esto, desde la óptica del gobierno de Colombia.
Entonces, surgen algunas inquietudes desde nuestra posición:

1.    Si las consecuencias del largo conflicto armado, político y social que vive Colombia, las padecemos las personas de a pie, entiéndase la sociedad, pueblo, ciudadanía; ¿por qué no se va a atender la manifestación expresa de ese pueblo, los mandatos desde las regiones y desde la entraña de la nación? La paz se construye con el concurso nacional y no por decreto de una mesa.
2.    ¿Cuál es el carácter de la participación de la sociedad, acordado en el punto 1 de los acuerdos de marzo de 2016? ¿Lo entienden igual gobierno e insurgencia?
3.    Si la voz del pueblo no es vinculante, ¿cuál es la legitimidad de la democracia colombiana? ¿Existe esta en realidad o sólo es una manifestación escrita que no tiene alcance en la realidad?
4.    Si la voz del pueblo no es vinculante, ¿son legítimos el presidente de Colombia y su equipo negociador para hablar con la insurgencia en nombre del país? ¿O es que existen un país de las élites, donde su voz si es vinculante y un país de los excluídos, que de paso somos las mayorías nacionales, donde lo que queramos no importa? ¿Reconocen el gobierno y su equipo negociador esta dualidad?

Para cerrar la jornada, los voceros de la sociedad civil que asistió a Quito, invitaron a ambas delegaciones negociadoras a un acto político y cultural con dicha sociedad civil, para entregar además un documento nacional consolidado con un ejercicio inicial de participación y propuestas que se esperan sean tenidas en cuenta en la discusión de la mesa de Quito. La delegación del gobierno de Colombia no aceptó la invitación. Sólo asistieron la delegación del ELN, los representantes de los países garantes y facilitadores y una representación del movimiento social ecuatoriano.
Acto de reunión de la sociedad civil con las partes negociadoras de la
Mesa de Quito. El equipo de gobierno colombiano no asistió.


A la Mesa de Quito queremos enviar un mensaje: La paz se construye con participación de la sociedad, participación vinculante, y se construye con cambios reales que permitan superar las causas históricas del conflicto. Estamos de acuerdo con la manifestación del representante negociador del gobierno, en cuanto a la necesidad de ceñirse al contenido de lo acordado en marzo de 2016. Una nueva exclusión sólo sirve para reciclar nuevas violencias.



[i] Reflexiones y aprendizajes para un nuevo socialismo, a partir de la movilización contemporánea. Disponible  en http://opinadorglobal.blogspot.com.co/2016/07/reflexiones-y-aprendizajes-para-un.html  

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