lunes, 11 de marzo de 2013

Otro mito en el Olimpo Latinoamericano

@MarioossaM


El 05 de marzo de 2013, se integra al Olimpo latinoamericano un nuevo mito popular: el Comandante Hugo Rafael Chávez Frías ha muerto al mundo físico. El bisnieto de Mainsanta -el último hombre a caballo-, el paisano de José Antonio Páez –el bravo del Apure-, el que rescató para el pueblo el pensamiento de Simón Bolívar, el campesino hijo de profesores, que naciera un 28 de julio de 1954 en Sabaneta, estado de Barinas; en medio de las bravías llanuras Venezolanas y que consolidara la primer revolución social de la historia suramericana, partía hacia el insondable y perpetuo abismo de los sueños de libertad, de soberanía, de bienestar, de solidaridad humana.

Imagen que circuló el 05 de marzo/13 por Facebook.


Sueños y espejos.

Odiado y amado, Chávez, según se desprende de todas las historias conocidas, nunca fue un hombre que pasó inadvertido para sus congéneres y por supuesto, nunca se resignó a ser un hombre promedio. Cuando terminó sus estudios secundarios a comienzos de los años setenta, ingresó a la Academia Militar, bajo el plan educativo Andrés Bello. Este es uno de los momentos claves de la historia venezolana de la segunda mitad del siglo veinte a la fecha. La promoción de cadetes, de la cual hace parte Hugo Chávez, es la primera promoción de militares venezolanos con estudios superiores, es decir, son los primeros militares con capacidad para comprender su entorno, para realizar observaciones críticas y objetivas de la historia de su pueblo. El conocimiento forma parte integral –por primera vez en la historia militar de este país- de la orientación espiritual, procedimental, estratégica y táctica de los nuevos cadetes. Cuenta Chávez en sendas entrevistas a los investigadores Agustín Blanco Muñoz y Marta Harnecker, que los militares de tradición y mayor rango los llamaban despectivamente “Los Licenciados”.

Pero existe otro elemento definitivo en el proceso revolucionario que ha cambiado la sociedad venezolana, y consiste en que una vez graduada esta generación de “Licenciados”; la misma fue asignada en la formación de nuevas generaciones de cadetes. Es así como la historia, la filosofía y otras ciencias sociales se codearon con la instrucción en armas, en estrategia y demás asignaturas del oficio militar.

Ante las nuevas realidades de los jóvenes militares de la década de los setenta, se comenzó un proceso crítico dentro de la institución castrense, de la cual no estuvieron exentos como objetivo de la misma, los altos rangos que se apoderaban del presupuesto destinado para la alimentación de los “Licenciados” y que era desviado a sus gastos y prebendas particulares. Se sumaba a este inconformismo, el hecho de comenzar a comprender que los abusos de fuerza por parte de los militares hacia la población civil, era ordenada por las élites venezolanas para impedir los reclamos de los millones de pobres que con su trabajo e ignorancia mantuvieron a través de los siglos los privilegios de estas élites. El contacto con militares latinos de otros países, especialmente los peruanos, marcó de una forma especial a Chávez y a algunos de sus compañeros de curso. La razón la cuenta en los libros ‘Habla el Comandante’ y ‘Un hombre, un pueblo’ resumida de la siguiente manera: 'Los militares peruanos, hablaban del pueblo y los indígenas, compartían con ellos ... pronto comprendimos que la misión de los militares no era masacrar al pueblo’ ‘…teníamos el ejemplo de Pinochet, el cual no compartíamos por supuesto. El representaba a los militares que matan gente, derriban, descabezan’. Y se inició la alianza cívico - militar. Nació el del MBR-200 (Movimiento Bolivariano Revolucionario - 200).

La onda telúrica de su influjo.

Sobre toda la historia del MBR-200 habrá tiempo de redundar. Por ahora, mi interés es dejar una constancia de la importancia de este hombre mestizo, llanero, campesino, militar, ciudadano, cantante del ‘tres corrido’ y revolucionario desde las entrañas. Tal vez por las anteriores cualidades y a pesar de ellas, la campaña mediática tradicional nacional e internacional se arreció en contra de su persona, de sus gustos y actuaciones. Y es lógico. Nuestros países latinos, subdesarrollados, repletos de recursos naturales y repletos también de mestizos, indígenas, afroamericanos, zambos, mulatos y demás clasificaciones raciales que nos inventó el imperio español; han sido desde esos tiempos y lo son ahora, dirigidos por un pequeño puñados de élites de ojos azules o verdes, de piel nacarada, de barbas rojizas, de rasgos sajones o eslavos. Ahora enriquecidas por algunas migraciones cercanas a la media luna fértil. Por supuesto estas élites, no gustan del canto popular, tampoco de las expresiones de efusividad latina, ni de las carcajadas descollantes del campesino que celebra las gracias de sus nietos. Se ‘alimentan’ en mesas con más cubiertos que los que puede abarcar la vista, toman champagne en copa de tallo largo y se frecuentan en clubes exclusivos y en viajes alrededor del mundo. Son élites dueñas de los mass media y también de muchos de los empleados de estos medios. Por lo tanto, no podían permitir que la imagen del pueblo celebrando su emancipación fuera presentada como un ejemplo de vida digno de celebrar e imitar.

Homenaje en Pereira. Marzo 06/13

En Colombia, donde la concentración y manipulación mediática es tan apabullante, se nos vendió al coronel revolucionario como a satanás. Fue mostrado incesantemente como un ser burdo, hostil, fastidioso y sobre todo tirano. Nuestras ansias de mejor familia y sangre azul, en muchos casos acogieron esta imagen: ‘la compraron’. Pero pocas personas han entendido que Hugo Rafael Chávez Frías, cuando cantaba, cuando se dirigía a través de sus medios en arrebatadores discursos, cuando se vestía ataviado con las ropas populares; no estaba dirigiendo su mensaje a la élite, a la oligarquía y su finas pero turbias maneras. No. ¡Chávez se dirigía a su pueblo!

Sólo el pueblo entiende al pueblo, y sólo la élite se entiende entre sí. Sólo quien ha pasado hambre, desnudez, desempleo, atropellos de los poderosos; puede entender a otro ser humano que ha vivido las mismas experiencias. Jamás, la élite oligarca podrá desde su trono, en la soledad de la indiferencia y la vanidad; comprender a un campesino que perdió su cosecha, al empleado que perdió su trabajo, al padre o madre que no tuvo pan para darle de comer a sus hijos o al estudiante que debió recorrer descalzo varios kilómetros para ir a estudiar.

Por eso, a pesar de los odios viscerales y desinformados; Chávez es grande. Y como grande, muchos países y seres humanos alrededor del mundo le rendimos homenaje a su memoria, a su fuerza, a su valentía, a su entrega y sacrificio, a su martirio. Pereira no fue la excepción. Muchos asistentes al homenaje callejero. Muchos curiosos, muchos incrédulos y excépticos ante lo que veían. Dos o tres energúmenos puteando.

Y no se trata de que las ideas socialistas, bolivarianas y chavistas se quieran implantar en Colombia. No es que reaparezca el fantasma del comunismo internacional o de plataformas políticas foráneas. Colombia es Colombia y Venezuela es Venezuela. Si bien es cierto, que América Latina es una gran ‘Nación’, también es cierto que en esta etapa de la historia, los nacionalismos han llevado a los países a transitar ciertos caminos particulares.

Pero de la historia de Chávez, queda que las regiones son importantes, y que desde allí se construye la patria, el país, la revolución. Desde las particularidades sociales, étnicas, económicas y culturales. Como lo planteó desde siempre nuestro admirado compatriota y sociólogo colombiano Orlando Fals Borda: Desde la diferencia, desde las regiones, desde la solidaridad y la participación del pueblo; se debe construir el futuro de la Nación. Por eso somos sentipensantes. Chávez lo entendió, lo practicó. Y el pueblo lo elevó a la gloria y se elevó con él.

2 comentarios:

  1. Un excelente artículo. Digno de un miembro del Comité de Trabajo Político y Social de Base "Orlando Fals Borda". Deja entrever la carrera de un hombre prolijo. Chávez, fue mucho más de lo que planteamos quienes lo admiramos y seguimos. Y quienes lo odiaron y lo criticaron vorazmente, le hicieron un favor a la historia: Lo volvieron INMORTAL, lo han vuelto referente obligado de las actuales y próximas generaciones. ¡Chávez Vive, La Lucha Sigue! Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Recuerdo ese día estando en la sede del Ministerio de Trabajo que al enterarme del fallecimiento del Comandante CHAVEZ inmediatamente me comunique cinnalgunis amigos y convocamos el homenaje a este hombre que merece estar ennla memoria de los pueblos.

    ResponderEliminar