📷 Carlos Mario Marín Ossa |
¡Resistencia¡
¡Resistencia! ¡Resistencia!
El
grito que levantó en su voz una generación de hombres y mujeres jóvenes nacidos
como sujeto político en los tiempos de la pandemia – la sanitaria y la de
crisis total de las instituciones capitalistas-.
Ese
sujeto político que se sublevó en el año 2021 en Colombia, ya venía germinando
esa semilla de insatisfacción por las condiciones materiales y la crisis ética
y moral en que fueron paridos a este mundo. Criados en barriadas pobres de las
ciudades, o en menor proporción, en sectores de pretendidos ingresos medios,
los “pelados” y las “peladas” conocen de todas las carencias que el modelo
socio económico le imprime a la educación, la salud, el trabajo y la cultura;
en suma, a la vida misma. Lo que no conocen es un contrato de trabajo a término
fijo o indefinido, mucho menos un semestre universitario totalmente financiado
por el Estado. Son condiciones elementales de una democracia que se precia de
liberal: asegurar un Estado de Bienestar básico a su población.
En
Pereira, Dosquebradas y Santa Rosa de Cabal, el Estallido Social se hizo sentir,
precisamente porque las condiciones en que vive la población son de alta
vulnerabilidad y miseria. La respuesta de los gobiernos (con alguna excepción)
fue la represión y la violencia.
📷 Carlos Mario Marín Ossa
Pero
ese germen de búsqueda que nace con los recién paridos y se alimenta de
anhelos, va encontrando su alimento y sustrato en las calles, andenes y potreros
de las barriadas populares, está presente desde hace tiempo y se renueva con
otras generaciones. Desde el Bronx neoyorkino de los años 70 hasta los parches
dosquebradenses en el siglo 21, la juventud busca las juntanzas para compartir
la vida, y encuentra en el arte las formas de entenderla y expresarla. El Hip
Hop es una de esas expresiones, y que en Dosquebradas, posterior a la
insurrección popular del año pasado, dio pie para seguir juntándose, recuperar
los parques y espacios urbanos como zonas de encuentro, diálogo y disfrute.
Caminando
la ciudad e invitado por un amigo, llegué una noche de marzo al parque del
barrio Santa Isabel, en donde se vienen reuniendo cada semana los parceros y
parceras en torno al parche Hip Hop, con todos los elementos de esta sub
cultura: el rapeo, los beats, las pistas electrónicas, las fusiones con
diversos instrumentos y el Break Dance.
Los
Colectivos comunitarios Prendiendo el Barrio y Luchemos lideran este espacio,
en donde se encuentran jóvenes de diversos sitios del municipio, y comparten su
gusto por esta expresión cultural, presentan sus producciones y creaciones,
expresan sus sentimientos y sus interpretaciones de la realidad que los
envuelve.
📷 Carlos Mario Marín Ossa
Jhony
El Rolo, quien es uno de los líderes de estos colectivos, me explica que entre
otras intenciones del parche se busca ofrecer un espacio de recreación que
ayude también a algunos asistentes a hacer reflexiones sobre la importancia de
regular el consumo de diversas sustancias. Esto se logra, porque en el entorno
también se recrean niños y niñas con sus padres y familiares. Como otros
espacios que nacen de la iniciativa popular, este se desarrolla gracias a la
autogestión de los y las participantes, sin que se presente alguna ayuda
gubernamental.
La
noche avanza entre rapeos, luces, beats, sintetizadores y guitarras; entre
bailarines de break dance y los chiflidos y aplausos de los asistentes. El frío
se conjura con el ambiente musical y la conversación entre los parches de
amigos. El entorno tranquilo iluminado por algunas luces mortecinas, va siendo
testigo del final de una nueva jornada cultural y la promesa del próximo
encuentro semanal.📷 Carlos Mario Marín Ossa
Una
a una, las personas que participamos de este Hip Hop en el barrio, vamos
buscando nuestras casas para dormir y recibir una nueva jornada matutina, otra
día de resistencia.